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Écheme el Cuento

¿DÓNDE ESTÁ LA MANZANA DE ADÁN? VI y final.

¿DÓNDE ESTÁ LA MANZANA DE ADÁN? VI y final.

Carmen acababa de recubrir su pezón después de que Libertad lo hubo decorado con un fuerte mordisco cuando vio a Los Fundadores. Si Aníbal al percatarse de la situación la cubrió con su cuerpo no fue por un arrojo increíble de valentía. Había recurrido al más profundo de sus instintos para proteger la vida, no pensó en ningún momento que Carmen fuese más débil que él, al fin y al cabo era bruja y había transformado a un hombre en sapo.  Lo hizo porque era un Hombre y una de las funciones de un verdadero Hombre es la de proteger la vida. Lo siguiente de lo que se percató era que había una enorme cantidad de bestias con apariencia humana que se abalanzaban sobre él así que tomó a la niña con una mano, la apretó contra su pecho, tomó a Carmen con la mano libre y corrió como si se le fuera la vida en ello.

Sí, los héroes corren cuando es necesario; sí, de nada vale morir como un héroe si no se cumple con el objetivo. Aníbal puso a Carmen a salvo en un edificio donde había un letrero que ponía Duke´s y luego se lanzó con toda su fuerza, esperanza y valor contra Los Fundadores. La Profecía al fin se cumplía. 

Esto era lo que las Brujas intentaban hacerle entender a Sara, que esperaban un héroe que se llamaba Aníbal aunque hubiese dado lo mismo que se llamara Samael, Diego,  Sigfrido, Arturo, Marcelo, Eduardo o Agustín. Lo importante es que era un héroe. Como los de antes, todo músculo, poco cerebro y valor. Que también la esperaban a ella pero que había llegado demasiado temprano, que su función era tener una niña con ese héroe  pues esa niña sería la que pondría en orden todo después del Fin del Mundo. Ese es el problema de las brujas, viven demasiado tiempo y eso les reblandece el cerebro, creían saber de que se trataba todo y se sentaban a discutir con tranquilidad sobre el destino y esas cosas sin percatarse que el Destino hace rato les había dado alcance y se cumplía de la mejor manera posible sin importarle un pimiento su soberana opinión. El destino estaba entrando en los brazos de la más joven de la tríada con una niña que lloraba sin dársele nada, mientras que un joven héroe era molido a palos por una turba desenfrenada que insistía en que ellos eran Los Fundadores y que iban a conquistar la ciudad gustase a quien le gustase.

Las Tres, que ahora eran Cuatro, entendieron lo que estaba sucediendo cuando Libertad por fin se calló. Sin dudarlo un instante salieron todas ira y furor dispuestas a salvar al tan esperado héroe de la profecía. No pudieron hacer nada sin embargo. Aníbal se hallaba sentado a la puerta del Duke´s sangrando por veinte heridas diferentes, con un pie roto y la nariz en igual estado blandiendo sin mucha convicción un cuchillo ante él protegiendo lo que sabía que debía proteger aunque la vida se le fuera en ello como le estaba ocurriendo. Cuando vio a las cuatro mujeres, una con una niña en brazos, su ardor se renovó pero no sirvió de nada cuando un pedazo de silla le dio en la cabeza y lo sumergió en la oscuridad. No se enteró del resto sino horas después cuando despertó sobre una mesa de billar.

Sus heridas se hallaban vendadas y una mujer, vale una chica, que no conocía le ponía paños de agua fría sobre la frente. Tanto Olga como Carmen y Martha Paulina se hallaban un poco apartadas discutiendo en susurros audibles a un kilómetro a la redonda como era posible que tantas cosas se les hubiese pasado por alto. Cuando se percataron que Aníbal se había despertado todas fueron ante él  para darle las gracias y decirle que podía visitarlas cuando quisiera. Por supuesto nadie le dejo alguna dirección y Aníbal vio como se marchaban sin volver la vista atrás excepto Carmen que tan sólo se volvió para mirarlo con congoja. Pero sólo lo miro un poquito, sólo un poquito.

Sólo Sara se quedo con él, curando sus heridas, cuidando de él y preguntándose como suponían aquellas viejas brujas que ella se iba a enamorar de él, sobre todo cuando había quedado tan mal parado y ellas habían tenido que salvarlo después de todo convirtiendo a Los Fundadores ora en sapos ora en patos que se tragaron a los sapos y que luego fueron a servir de alimentos a otras especies.     

El caso es que pasó. Pasó como tenía que pasar, con el transcurso de los días ella se dio cuenta que tenía más cerebro y menos músculo de lo que las brujas creían, que era dulce a su manera y capaz de aceptar que sentía miedo y respetarla, y que al fin y al cabo no estaba tan mal. Él en cambio vio lo que todo hombre sabe ver, a saber, que se trataba de una mujer, vale una chica, que tenía una curiosa manera de irritarse frunciendo los labios y sacando la lengua, que era poseía una inteligencia terrible y perspicaz. Lo único que nunca pudo aguantar fue lo de la comida vegetariana, al fin y al cabo ella nunca le perdonó que le gustara Ricardo Arjona.

El Fin del Mundo fue el Fin del Mundo y nada volvió a ser como antes sobre todo cuando la gente se hartó de vivir en medio de una ciudad donde nada quiso volver a funcionar. Así que como personas con sentido común todos se largaron a los campos a vivir felices y comer perdices.

Muchos años después una mujer llamada Libertad le dio un nuevo orden a las cosas, un orden verdadero donde las decisiones se tomaron con toda la razón del mundo pero también con todo el corazón. A menudo se descubría pensado que habría sido de ese hombre llamado Aníbal y de esa mujer llamada Sara, aunque sus nombre no importaran, de los que tanto le habían hablado su madre y sus tías. Se preguntaba sobre todo que sería de ellos, si habían logrado su propio Edén. Ella lo creía así, con un hombre y una mujer como ellos no podría haber ninguna manzana que les quitara el paraíso.

                                                                                               FIN

                                                                                            AL FIN 

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